Que nos guste o no, no podemos ignorar el hecho que el consumo de productos de origen animal se esté convirtiendo en un grave problema para todos en el planeta. Aquí diez razones que demuestran que la industria de los productos animales es insostenible. 1. Deforestación Los animales de granja requieren considerablemente más tierra que los cultivos vegetales, para producir la misma cantidad de alimentos. Tan sólo en América Central, el 40% de todos los bosques tropicales han sido talados en los últimos 40 años para la obtención de pasto, alimento para ganado de exportación, que a menudo se convierte en hamburguesas estadounidenses. El World Hunger Program (Programa Mundial contra el Hambre) calcúla que si se distribuyeran equitativamente las actuales cosechas mundiales alimentando directamente a los seres humanos en vez de usarlas en piensos para el ganado, se proporcionaría alimento a 6 mil millones de personas. 2. Agua dulce Sin lugar a duda, el ganado tiene una de las mayores huellas de consumo de agua en el planeta. Puede ser difícil de creer, pero la dieta americana estándar requiere la friolera de unos 16.000 litros de agua por día, incluyendo el agua que beben los animales, los riego de cultivos, manipulación, lavado, etc. Una dieta vegetariana requiere solamente 1.100 litros de agua al día, menos de un 10%. La manera más fácil de reducir la demanda de agua es eliminar el consumo de productos animales. 3. Eliminación de residuos Las granjas industriales de hoy en día alojan cientos de miles de vacas, cerdos y pollos, y consecuentemente producen cantidades astronómicas de residuos. En los Estados Unidos estas explotaciones ganaderas gigantes generan más de 130 veces la cantidad de residuos que los que producen directamente los humanos. Estos residuos contaminan miles de kilómetros de ríos y aguas subterráneas, diezmando la vida en lagos, ríos y mares con la creación de grandes zonas muertas. 4. Consumo de Energía Para que ese filete llegue a nuestro plato, es necesario usar cantidades masivas de energía a lo largo del proceso. El cultivo de cereales de agricultura intensiva necesarios para alimentar el ganado, el uso masivo de agroquímicos, el transporte de los animales hasta el matadero y el mercado, la refrigeración y la cocción de la carne. Todo esto suma una cantidad ingente de recursos energéticos. En promedio, se necesitan 28 calorías de combustible fósil para producir 1 caloría de proteína de la carne. 5. Productividad La productividad de alimentos de las tierras agrícolas está disminuyendo rápidamente, y no consigue cubrir las necesidades debidas al crecimiento de la población. La única opción disponible para nosotros, con excepción del control poblacional, es reducir el consumo de carne y convertir las tierras de pastoreo en tierras de cultivo alimentario. En los Estados Unidos se estima que 56 millones de hectáreas están produciendo heno para el ganado, y sólo 4 millones de hectáreas se utilizan para cultivar hortalizas para el consumo humano. 6. Calentamiento Global El calentamiento global es impulsado por el consumo de energía, y como se señaló arriba, la industria ganadera necesita una cantidad elevada de energía para producir sus productos. Pero eso no es todo. El ganado también emite cantidades enormes de potentes gases de efecto invernadero. El ganado vacuno, en particular, produce una cantidad significativa de metano: una única vaca lechera produce un promedio de 75 kilos de metano cada año. 7. Pérdida de biodiversidad La caza furtiva y el mercado negro de carne de animales silvestres se está convirtiendo en un problema cada vez mayor, ya que nuestro planeta se vuelve cada vez más superpoblado. Los habitantes de las regiones más pobres se aventuran en las reservas de vida silvestre para matar a lo que encuentren, desde elefantes y chimpancés a bonobos y cualquier especie de ave. Los caminos forestales que fueron abiertos por empresas multinacionales para transportar la leña de tala, están facilitando el acceso a las areas remotas. Los cazadores furtivos cazan cualquier animal que se le ponga a tiro, para vender su carne en las ciudades. 8. Destrucción de pastizales Para responder a las crecientes necesidades de la ganaderia a gran escala debidas a la enorme expansión del numero de animales, los terrenos usados para pastar por animales salvajes como el bisontes y el antílope, fueron reemplazados por pastizales de monocultivo. Los pastizales naturales en todo el mundo han sufrido una pérdida masiva de superficie y biodiversidad. Lo que antes era un ecosistema rico y diverso es ahora monocultivo de una única especie. 9. Erosión del suelo Con el 60% de las tierras de pastoreo de los Estados Unidos explotadas a pastoreo intensivo, la aceleración de la erosión del suelo y la degradación de los terrenos son una preocupación creciente. Se tarda aproximadamente 500 años para reemplazar 2,5cm de preciosa tierra vegetal. Aunque los fertilizantes puedan paliar la pérdida de una pequeña parte de los nutrientes erosionados, la utilización de tan enormes cantidades de energía fósil para hacerlo convierten esta práctica en absolutamente insostenible. 10. Enfermedades del Estilo de Vida El consumo excesivo de carne y productos lácteos en los países desarrollados, junto con la contaminación ambiental y la falta de ejercicio, está causando una gran cantidad de problemas de salud prevenibles, como las enfermedades del cardiovasculares, diabetes, obesidad, cáncer, accidentes cerebrovasculares, etc. Mientras los habitantes de los paises occidentales están muriendo de enfermedades debidas al exceso, llenandose cada días el estómago con productos animales, los habitantes de los países del Tercer Mundo están muriendo de enfermedades causada por la escazes, debidas a la imposibilidad de acceder a la tierra para cultivar lo necesario para alimentar a sus familias. Al tomar en cuenta todos los puntos señalados anteriormente, es muy simple darse cuenta que la producción de productos de origen animal es insostenible a largo plazo.
Si además consideramos el rápido crecimiento de la población, con la previsión de llegar a 12 mil millones de seres humanos en 35 años, no deberíamos tener dificultades en entender nuestra obligación ética de utilizar nuestros limitados recursos naturales de una forma mucho más eficaz y sensata que hasta ahora. Independientemente de la función de la carne y productos lácteos en la alimentación, o de la ética hacia los derechos de los animales, sólo por motivos de sostenibilidad el consumo de productos animales es un asunto que debemos plantearnos muy seriamente a nivél global. Si nos importa el planeta en el que vivimos, y queremos vivir acorde a un estilo de vida de bajo impacto reduciendo el uso de los limitados y valiosos recursos naturales del mundo, una de las formulas mas sencillas de hacerlo es optar por una alimentación vegetariana. Fuente: Care2 Traducción y adaptación: Of Life and Else
0 Comments
Desde el nacimiento del concepto de capital se ha buscado sacar provecho económico de nuestras necesidades, y dado que las necesidades básicas se cubren muy rápidamente, se han creado cada vez más necesidades innecesarias para seguir vendiendo. Los métodos para ganar dinero especulando con el valor de las cosas han sido muchos y han variado con el tiempo, con las legislaciones y los mecanismos de control que se han ido desarrollando. Hoy en día las patentes y el actual sistema legislativo son lo que garantizan ganancias económicas a empresas como Monsanto y Syngenta. Antaño los métodos eran diferentes, aunque servían para obtener exactamente los mismos resultados, nada más que ganancia económica. Un ejemplo muy claro es la historia de la nuez moscada. No es un alimento, es una especia, no nos hace falta para vivir. Es una de las muchas necesidades creadas. Hoy en día se puede comprar nuez moscada en cualquier supermercado, pero hasta el siglo 19 esto no fue así. Esta semilla es originaria de las islas Banda, parte del archipiélago de las Molucas (las Islas de las Especias) en Indonesia, y hasta poco más de 200 años ésta islas eran el único lugar del mundo en el que crecía. Desde el momento en el que los comerciantes de especias europeos supieron de su existencia, empezaron las luchas por los derechos exclusivos de comercialización. En 1605 el archipiélago pasó a ser una colonia holandesa, y la East India Company empezó su monopolio comercial que se calificó como " brutal y paranoico". Cada nuez se trataba con cal para que perdiera su capacidad de germinación. La prohibición de exportar cualquier árbol, planta, semilla y demás material vegetal era absoluta, y se cumplía bajo penas muy severas. La pena impuesta a cualquier persona sospechosa de robar, cultivar o vender nuez moscada era la muerte. Cuando los nativos se atrevieron a protestar por la prohibición de cultivo de una planta autóctona que se había cultivado desde tiempos remotos en la región, el jefe de la East India Company ordenó el exterminio de todos los varones bandaneses mayores de 15 años que se llevó a cabo mediante una campaña de descuartizado y decapitación sistemática. La población nativa de las islas Banda se redujo desde 15.000 habitantes a la llegada de la compañía, a 600 individuos en solo 15 años. Los holandeses querían obtener y mantener el monopolio de esta especia a tal punto que, tras décadas de enfrentamientos, compraron el único territorio productor de nuez moscada que no estuviera bajo su dominio, que por entonces se encontraba en manos de los ingleses. En este intercambio la corona británica obtuvo un territorio en las colonias occidentales, lo que ahora conocemos como Manhattan. En 1769 Pierre Poivre, un horticultor francés, logró sacar de contrabando desde las islas Banda algunas nueces fértiles, marcando así el fin del monopolio holandés. Los arboles se empezaron a cultivar en Singapur, en la India y en la isla de Granada, que es ahora el segundo mayor productor de nuez moscada del mundo. Hay muchos paralelos entre la East India Company y las multinacionales de hoy en día. Sus métodos seguramente han cambiado, se han vuelto mucho más sutiles en esta era de la "opinión publica" en la que la imagen es de importancia básica. Las corporaciones han aprendido a invertir parte de sus ganancias en campañas de marketing, no para vender sus productos, sino para mantener su imagen "limpia". Con todo eso, y a pesar del paso de los siglos, siguen siendo responsables de explotación, injusticias, sufrimiento y muerte, y su única meta sigue siendo la búsqueda de beneficios económicos, sin consideración hacia las personas, los animales y el planeta. Hay una forma muy fácil para reducir lo más posible esta explotación:
1. Plantearnos nuestras necesidades verdaderas. Muchas de las necesidades que creemos indispensables, no lo son realmente. Podemos vivir perfectamente y muy bien con mucho, mucho menos. 2. Adquirir todo lo que podamos a productores locales que trabájen respetuosamente considerando personas, animales y medio ambiente. Esto es especialmente importante cuando se trata de alimento y se consigue principalmente dejando de comprar en supermercados y adquiriendo nuestra comida a productores locales de confianza (mercadillos, grupos de consumo). 3. Adquirir lo que no podamos comprar de forma local en esos establecimientos que queremos ver más en nuestra comunidad, comercios que sirven para dar de comer a personas, no a multinacionales. También podemos adquirir (y ofrecer) mucho de lo que necesitamos de segunda mano o a través trueque e intercambio. Laura |
La AutoraUna Mente llena de Ideas, Archivos
July 2018
Tags
All
|