Voy a intentar, de un modo preliminar, afrontar un tema que genera mucha controversia y sobre el cual recibo una gran cantidad de consultas. El tema, en líneas generales, es cómo los veganos deberían relacionarse con los no-veganos, dado que los veganos éticos entienden que el uso de animales no-humanos implica graves violaciones del derecho de estos a no ser tratados como recursos de los humanos. Tienen los veganos éticos la obligación de entrar en conflicto con los no-veganos y de relacionarse con ellos de la misma manera en la que nos relacionaríamos con las personas que cometen crímenes graves contra los humanos? En cierto sentido, pueden anticipar mi respuesta a esta pregunta, dado que mantengo que la obligación principal de los defensores de los animales es involucrarse en una educación vegana creativa y no violenta. Es difícil educar a las personas sobre cualquier cosa si se está en confrontación con ellas. Esto no quiere decir que no se pueda desafiar sus pensamientos y creencias. Como profesor de Derecho durante casi 25 años, trato de desafiar a mis alumnos pero evito confrontarme con ellos, porque la confrontación es el modo más efectivo de asegurar que el proceso educacional no funcione. La confrontación es una manera particularmente ineficaz de comunicación cuando las personas no entienden aún el sentido o el contexto de tu posición. Y cuando se trata de la cuestión del uso de animales no-humanos, la gran mayoría de las personas están en la más total oscuridad. Expresar la convicción de que alguien no-vegano deba dejar de consumir productos de origen animal es parecido al decirles que dejaran de beber agua o respirar. Piensen en esto. La mayoría de las personas nos criamos pensando que es “natural” o “normal” comer productos animales. Crecimos en hogares donde una importante parte de la vida familiar incluía sentarse a la mesa y consumir pedazos de animales. Los recuerdos en relación al fallecimiento de un querido abuelo u otro pariente están conectados a algún plato de carne que alguien de la familia preparó para la ocasión. Hemos sido criados de acuerdo a tradiciones religiosas que nos enseñaron que los animales no-humanos no tienen “alma” o son, por otras razones, espiritualmente inferiores a los humanos. ![]() La gente dice que ser vegano crea problemas sociales ya que otros pueden reaccionar negativamente. Pero no es lo mismo si tomas una posición de principio acerca de cualquier asunto, que sea racismo, sexismo, heterosexismo, violencia en general - o especismo? La clave es educar a los otros acerca de las razones por las cuales tomas esa posicion. Gary L. Francione
En ciertos aspectos, nuestro especismo está, en términos sociológicos, más profundamente insertado -y asimismo más “invisible”- que algunas formas de discriminación contra otros humanos. Una persona con fuertes creencias racistas puede no aceptar la igualdad racial, pero entiende el concepto. Mientras la mayoría de los humanos no pueden aún procesar la idea de la vida sin productos animales, no llegan a concebir una vida sin utilizar a los animales no-humanos.
La forma en la que el movimiento animalista ha intentado concienciar acerca de este problema, es focalizándo los esfuerzos en gran parte en el tema del "trato humanitario”. El movimiento animalista no propone el veganismo como la posición “por defecto”. Por el contrario, el veganismo es caracterizado como una elección “difícil” o “heroica”. Conforme a lo que argumenté en mi ensayo al principio de este mes (y en otros ensayo de este blog), el movimiento de defensa animal incentiva activamente el consumo de carne y productos animales “felices”. Así que cuando los veganos entran en confrontación con los no-veganos en relación a ese problema, lo hacen no sólo en el contexto de una fuerte tradición cultural y religiosa que considera el uso de los animales como completamente normal, sino en el contexto de un movimiento animalista que también considera el uso como algo normal y se concentra principalmente en mejorar el trato concedido. Gracias al moderno movimiento del bienestarismo animal, que se apropió de la denominación “pro-derechos animales”, los veganos pueden ser menospreciados como extremistas y la confrontación es no solamente ineficaz sino que también es necesariamente contraproducente. Si pretendemos progresar hacia una mayor aceptación del veganismo, debemos educar. Y debemos educar de un modo no violento, sin confrontación, teniendo en cuenta el contexto social y cultural en el que vivimos. Esto no significa que el uso de los animales no sea un ultraje moral, sino que significa simplemente que nuestros esfuerzos para educar acerca de este tema deben tener en cuenta la visión que la vasta mayoría de los humanos tienen de la cuestión. Gary L. Francione
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La AutoraUna Mente llena de Ideas, Archivos
July 2018
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