Hace 18 años entrasteis en mi vida. Vuestra mamá pensó que el lavadero de la casa era un lugar lo suficientemente seguro como para que nacierais, detrás de la maquina del aire acondicionado que nunca se enciende. Ese día irrumpisteis sin reparo ni apelación en mi vida. Seres tan diminutos e indefensos, y tan llenos de vida y felicidad. Una decisión tomada por mi, que en ese momento ni de lejos podría pensar que influiría tanto en mi existencia. Poco a poco llegaron más hermanos y hermanas, regalos de la vida. Aumentó la familia. Desde hace muchos años ya era madre, aunque ser consciente de ello era otra cosa. Vuestras hermanas mayores lo intentaron durante todas sus vidas, y entre todos y todas me enseñasteis el universo entero. Me regalasteis vuestro amor, vuestra compañía, vuestro cariño, vuestra vida. Y yo os di la mía. 18 años, mis amores. Con el recuerdo de vuestros hermanos y hermanas en el corazón. Y de vuestra madre biológica que se fió de mi tanto como para entregarme vuestras vidas. Gracias. No se como expresar la gratitud que siento por todo lo que me dais. Por haber compartido vuestras vidas conmigo. Lo siento. Me hubiera encantado ofreceros una vida de juegos y carreras en la hierba, y escaladas en los árboles. No sabéis cuanto me hubiera encantado. No haber podido brindaros eso será siempre uno de mis grandes pesares. Y siento en el alma haber permitido que el ser que os introdujo en mi vida se perdiera en la oscuridad de la ingnorancia, la indiferencia y la crueldad, ella también hubiera tenido que hacer parte de nuestra familia. Perdonadme. Por no haber sabido hacerlo mejor. Por ser tan sorda y ciega y obtusa, y haber tardado tanto en entender lo que me decís con vuestros ojos dulces y colas sinuosas. Perdonadme por no saber escucharos tan bien como os merecéis. Os quiero. Sois los seres más importantes en mi vida. Os quiero y os querré siempre. Feliz cumpleaños mis amores. Os prometo que vuestra vida seguirá siendo segura, cálida, llena de mimitos y cuerditas con las que jugar, de palabras suaves y de mantas debajo de las cuales podréis refugiaros. Mi familia. Mis hijos, mis hijas, mis maestros y maestras. Cada día, un tesoro. Laura
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La AutoraUna Mente llena de Ideas, Archivos
July 2018
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